jueves, 22 de enero de 2009

cerezas de invierno

Aunque se hiciera la invencible, a ratos cesaba su tortura y se refugiaba tras la puerta…acurrucada en ese mundo que ella había creado para su disfrute personal. Una habitación de jovencita universitaria dada a la locura, algo retro y con toques de bohemia. Fumaba sola, acompañada por sus recortes…los que aquella tarde empezarían a decorar el blanco de sus paredes. Quiso que todo aquel que entrase a su guarida, recordara la sensación de paz que había capturado para ese lugar. Allí escribiría, allí revelaría sus imágenes, allí encontraría soledad y cobijo…al otro lado de la puerta cereza.

2 comentarios:

Aran dijo...

"al otro lado de la puerta cereza"...

tu spacio chill out! ohhh siii nenasss... (como diria pas...) q tiemble bilbo!!!!

Ana García Echevarría dijo...

...¿a que te quedaste con sensación de paz?..jajaja! Un besiko loka de la colina!...digo...abeja maya!!